Nunca
en mi vida había visto cosa igual. Ya lo decía Don Francisco de Quevedo,
"¿Qué
es un pedo?
Y yo
le conteste muy quedo:
el
pedo es un pedo,"
Sí,
Señores y Señoras, un pedo es un pedo, pero no sólo es un pedo, los hay de
varias clases y bien diferenciados, porque también añadía Don Francisco...
"Hay
pedos cultos e ignorantes
los
hay adultos, también infantes,
hay
pedos gordos, hay pedos flacos,
según
el diámetro de los tacos
hay
pedos tristes, los hay risueños
según
el gusto que tiene el dueño."
Pero
el pedo que ahora nos ocupa además es un pedo valiente, sonoro,
rotundo, fuerte... todo un héroe que ha logrado por fin él solito despertar no
sólo a los habitantes de la famosa casa de Guadalix, sino que me atrevería a
decir que a todos los habitantes del pueblo y comarcas colindantes de Guadalix
de la Sierra.
Todo
empezó una tranquila noche en la que los concursantes medio dormitaban en sus
camitas como era su costumbre. Todo parecía transcurrir con normalidad cuando
el Pedito Valiente empezó a revolotear por lo más profundo y oscuro de la
barrigota de Sema. Pedito Valiente quería salir de esa incómoda oscuridad, pues
su dueño de todos es sabido que no para quieto, y el pobre Pedito Valiente
subía y bajaba, se daba coscorrones, rodaba y corría, siendo su estancia de lo
más incómoda, así que en un momento que Sema se incorporó, dio dos pasos y puso
el culo en pompa, vio una oportunidad única de escapar de aquel infierno.
Observó una luz al final del túnel y no lo pensó dos veces... echó a correr
como alma que lleva el diablo y salió de allí sin disimulo, con gran estruendo.
Tuvo
la suerte por partida doble Pedito, pues además de verse liberado de su
oprimida vida, notó con gran alborozo que los presentes en el momento de su
aparición se alegraban sobremanera de verle (bueno, más bien de oírle), reían a
carcajada limpia y celebraban tan oportuna llegada a sus hasta entonces
anodinas vidas. Todos menos una, la dulce Belén, pues consideró que Pedito
Valiente había invadido su espacio vital, y con la fuerza de su salida casi la
tira de la cama del empujón. A partir de ese momento la Dulce Belén sufrió una
tremenda transformación y se convirtió en la Bruja Mala de este cuento. Y no es
de extrañar, pues Pedito fue a parar a su blanco cutis y Belén, estupefacta, no
podía ni pensar. Las ideas se agolpaban en su linda cabecita y rebotaban y
saltaban como antes lo hacía Pedito en la barrigota. Hay que decir que las
ideas de Belén viven a sus anchas dentro de su cabecita, pues tienen gran espacio
donde correr, e incluso se dice que tienen una pista de patinaje. Tal es la
hoquedad.
Pero
no nos desviemos del tema. Belén pensó entonces en aplicarse un
"fasial" tal y como le aconsejó su amiga Charlotte, pero al final su
idea se puso los patines y desapareció en la inmensidad y Belén no pudo hacer
otra cosa más que enfadarse, enfadarse mucho y arremeter contra Pedito, su dueño
y todo bicho viviente presente en el dormitorio, incluidos los bichos Julián y
Rappel que no podían ocultar sus lágrimas de emoción, alborozo y felicidad que
les embargaban en esos momentos. Puede parecer triste que un simple Pedito
Valiente sea el causante de tamaña expresión de felicidad de Julián y Rappel, y
ciertamente lo es, pero si poco a poco vamos analizando la repercusión de esta
feliz aparición veremos que quien os relata estos hechos también es ahora más
feliz y no por ello me considero un ser triste.
El
caso es que Pedito Valiente, sin quererlo, sacudió los cimientos de la
convivencia haciendo que los habitantes de la casa sacaran sus más bajos
instintos y sus más recónditos sentimientos, provocando un cisma monumental.
A
partir de entonces ya nada volvió a ser igual...
La
Dulce Belén y su adorada a la par que rica amiga Charlotte cambiaron sus
"fasiales" rosa por los negros, temiendo por los pegotes que Pedito
hubiera podido dejar en sus cutis.
Los
bichos Julián y Rappel, amiguitos de las de los Beauty Rituals, pasaron a ser
malignos y malvados, ocultando sus risas y negándolo todo al día siguiente.
Julián les dio de lado escudándose en que ellas ahora hablaban con Carlos, pero
la verdadera razón era seguro que Belén había quedado impregnada del tufillo de
Pedito y Julián es muy señor bicho y eso no le agrada en absoluto. Insisto, en
absoluto.
Todo
se volvió del revés. Belén increpaba a Sema diciéndole "Ya
madurarás...", a lo que Sema, con gran acierto, contestaba "Sí, pero
me seguiré tirando pedos." Esto acabó de enojar a Belén y como poseedora
de la ventaja de la Nominación Directa, no dudó un instante y la aplicó al
dueño del pedo, que no quedó contento con dicho acto y como venganza le mete
tres puntos a Belén, tres a Rappel por disimular su alegría por el pedo, dos a
Alejandro porque pasaba por allí, y uno a Charlotte por ser amiga de Belén.
Pero
a Belén la ahora Bruja Mala no se le pasaba el enfado, y decidió
"espolsarse" su tufillo a pedo encima de Carlos cuando este estaba
tranquilamente nominando, y claro, se armó la de Dios es Cristo y se enzarzaron
en una trifulca monumental en la que pudimos observar a la Bruja Mala en todo
su esplendor. Carlos tampoco se quedó atrás. Todo fue como el pedo.
Y
todo esto por un inocente Pedito Valiente, que dejó sus efluvios por la casa de
Guadalix y al aspirar el ambiente enrarecido, los habitantes mutaron cual
gremlins mojados.
Pero
no todo fue malo... Seguro que Pedito Valiente también trajo la alegría hasta
las más altas esferas, pues contrariamente a su forma de actuar durante los
últimos concursos, nos regalaron su transparencia no una sino dos veces,
expulsando a Rososa y repescando a Fran, concediéndonos así dos de nuestros más
anhelados deseos. Tal fue la potencia del pedo.
Rososa
creo que fue la única que no se vio afectada por Pedito. Ella ya venía así de
casa, feliz y amando a todo el mundo, tanto que afirmó que el bicho Julián se
iba a convertir en un abanico de colores. Rososa no sabe que existe el 24
horas, esa es mi conclusión de su entrevista. Rosa, tus pastillas te sientan
como el pedo. Menos mal que ya la tenemos fuera de la casa, porque ella sí que
soltaba un tufillo a rancio insoportable.
La
expulsión de Rosa les sentó como el pedo a Raquel y a Laura, que arrugaron la
nariz como si lo estuvieran oliendo. O no? Ya no sé, porque esa cara la llevan
poniendo medio concurso. A Rappel el aire a pedo le vino cuando vio que le
nominaban más de lo que se auto-predijo y se quedó petrificado. No se le movía
ni un pedo, perdón, pelo de la trenza. Y para colmo de sus males tuvo que oír
de nuevo por boca de Rosa que sus predicciones son como el pedo.
Y
Fran llegó con el pedo puesto de casa también, pues estaba envalentonado y
subido a la parra, dando azotes a diestro y siniestro, con ganas de fiesta y de
gasear al personal. Rápidamente volvió a formar su grupo con Carlos y ambos
abdujeron a Alejandro que, como siempre, no sabe si viene o si va, ni por dónde
le van a llegar las hostias, así que por si acaso se dedica a repartir a
diestro y siniestro.
Julián
por su parte tampoco tiene nada que envidiar a un pedo caldoso. El aroma le
envolvió hasta quedar como catatónico y ni enterarse de que le estaban
nominando. Es que su vida es un pedo...
Al
final quedaron nominados el dueño del pedo, el que todo le importa un pedo y el
que no sabe si tirárselo o no, y estoy segura de lo que digo cuando afirmo que
debería salir el dueño del pedo, pues otro como este no hay cuerpo que lo
aguante.
Pedito
valiente.... mi héroe!
Si
ya lo decía Don Francisco...
"Si
un día algún pedo toca tu puerta
no
se la cierres, déjala abierta
deja
que sople, deja que gire
a
ver si hay alguien que lo respire.!"
Y
hasta aquí mi reflexión.
Espero
que no me mandéis al pedo!
PK-Grosella