LA ESCENA DEL SOFÁ

Doña PKinés de Ulloa está tranquilamente en el salón de su celda, tomando un Martini (seco, y agitado, no revuelto) y viendo Gran Hermano Vip. Lee la carta  que Don Juan le ha mandado en el interior de un libro... Al terminar de leer la carta entra Don Juan. Doña Brígida le ha proporcionado las llaves de la celda. Al verlo, Doña PKinés se desmaya elegantemente. Don Juan la alza con suavidad, pero no exento de esfuerzo y la lleva a su Quinta, la casa palacio que ocupa cerca de Guadalix, sobre la sierra.

Cuando Doña PKinés se despierta de su desmayo se encuentra frente a Don Juan en una casa que no conoce. Está turbada, inquieta, atormentada, perturbada, nerviosa. Don Juan no sabe si llamar a Sandro Rey o mejor a Esperanza Gracia... Pero Doña PKinés parece que se repone.

En esta tercera escena del cuarto acto tiene lugar el intercambio de palabras amorosas que marcan el punto culminante del romanticismo en la obra de Zorrilla.

Dice Don Juan a la joven doncella (ejem... doncella, doncella.... pero dejémoslo así, como una licencia poética):

Cálmate, pues, vida mía:

reposa aquí y un momento

olvida de tu convento

la triste cárcel sombría.

(Doña PKinés piensa: Y este? Y mi Martini? Y eso es un zorro disecado?? Dónde estoy??)

¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,

que en esta apartada orilla

más pura la luna brilla

y se respira mejor?

(Doña PKinés piensa: Perdona? Apartada?? Dónde coño me has traído???)

Esta aura que vaga llena

de los sencillos olores

de las campesinas flores

que brota esa orilla amena;

(Doña PKinés piensa: Al campo? A qué??)

esa agua limpia y serena

que atraviesa sin temor

la barca del pescador

que espera cantando el día

¿no es cierto, paloma mía

Que están respirando amor?

(Doña PKinés piensa: Pero qué hablas?? Llévame a mi casa de vuelta o llamo a la policía!!)

Doña PKinés está fascinada, extrañada, enardecida. Su boca tiembla, en la sierra de Guadalix hace frío, mucho frío. Su corazón palpita, como una patata frita, claro, pues al punto reconoce el paisaje de Guadalix de la Sierra. Las ideas inculcadas en su mente en años de educación laica echan a volar. Tampoco está tan mal el Juan este... y tiene un casuplón cerca de la casa de GH...El delirio del amor corona todo su ser. Entregada a la flecha que le mandó Cupido, responde a Don Juan:

¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,

yo, que tan fan de GH fui,

sino caer en vuestros brazos,

si el corazón en pedazos,

me vais robando de aquí?

Vos que tan cerca de la casa

de mis desvelos vivís...

No, Don Juan; en poder mío

resistirte no está ya;

yo voy a ti, como va

sorbido al mar ese río.

Dispones de edredones?

son indispensables

para nuestros amores...

Tu presencia me enajena,

tus palabras me alucinan,

y tus ojos me fascinan,

y tu aliento me envenena.

Saca los papeles de la paella!

¡Don Juan! ¡Don Juan! Yo lo imploro

de tu hidalga compasión:

no me castigues con tu

nominación,

o arráncame el corazón

o ámame, porque te adoro.

Y así fue como Doña PKinés se convirtió por arte de birlibirloque en la nueva Señora de Guadalix. Desde entonces se la ve vagar por la sierra,...

alucinada, fascinada
y envenenada
de Gran Hermano,

megáfono en mano,

gritando su amor

hasta por el enano.

FIN DE LA TERCERA ESCENA DEL CUARTO ACTO

Espero que vuestras mercedes sepan disculpar tamaña agresión a la genial obra de Don José de Zorrilla, que hayan disfrutado leyendo estas mis palabras, de las cuales ya me estoy arrepintiendo, y sigan acompañando a esta compañía de titiriteras hasta que la gran obra teatral a la que estamos asistiendo, GHVip, finalice.

Dios Salve a Gran Hermano! (porque los humanos están haciendo todo lo posible por su muerte)

(Reverencia y cae el telón)

PK-Grosella