FEMME FATALE

“Odiseo sólo quería regresar a casa. Todo iba bien, pero tuvo que cruzarse con la caprichosa Circe, que le sedujo y le mantuvo un año apartado de su camino mientras le devoraba sexualmente hasta la extenuación”. Circe es una de las primeras “femme fatale” de la historia de la literatura. La femme fatale representa, de alguna manera, ese punto en el que Eros se muta en Tanatos, y al seductor de turno sólo le entran ganas de salir corriendo, confuso, vencido y desesperado. Confieso que siempre he sido fan de las mujeres fatales del cine clásico. Es decir, de aquellas mujeres que usaban su atractivo como señuelo para embaucar a cualquier incauto que se acababa convirtiendo en un títere para sus oscuros fines y que era irremediablemente conducido hacia un final trágico. Las mujeres fatales del cine clásico negro se mostraban como unas mujeres hermosas, ambiciosas, intrépidas, insensibles y crueles, que utilizaban su belleza y su sexualidad como armas para lograr lo que deseaban mediante la seducción. Intrigaban, mentían y manipulaban sin escrúpulos para obtener siempre beneficios: ascensión social, poder, dinero, lujo, deshacerse de su marido, venganza... y nunca dejaban ver sus intenciones hasta el último momento. 

En estas películas, la actitud de la Femme Fatale le lleva a poder utilizar con total naturalidad un arma, o bien fumar (estamos hablando de películas de hace 60 años o más), conducir intrépidamente o hacer públicas sus ambiciones sin vergüenza alguna; aunque a veces sólo se dedicaba a actuar como verdaderos angelitos para ocultar mejor sus fines. Es decir, eran la hostia, ¿quién querría ser Melania pudiendo ser Escarlata O´Hara? Pues eso. Realmente, las malas de ahora no tienen nada que hacer cuando se les compara con las de antes. Donde esté Bette Davis que se quiten las demás. La campeona del mal no tenía que enseñar la vagina ni nada de eso, como Sharon Stone, sino que le bastaba con mirar fijamente a su marido en “La Loba” para que éste se muriese del susto, pero por si acaso no era suficiente, le aclaraba así lo que pensaba de él: “No te odio, sólo siento desprecio por ti. Siempre lo sentí. No podía soportar que me tocaras, y pensaba que eras blando, estúpido y débil. Eras amable y comprensivo cuando yo no quería que te acercaras a mí. Las mentiras y excusas que tuve que inventar y tú te las creías…” ¡Toma ya!. De mayor quiero ser como Bette…

No sé si en la actualidad existe la mujer fatal, lo que sí parece claro es que estamos todos fatal, tanto hombres como mujeres. El caso, es que pensando en la entrada de hoy, he caído en la cuenta de que en este pequeño universo de Gran Hermano, Chari es una de esas concursantes fatales, más bien “choni fatale”, pero “fatale” a fin de cuentas. Es una chica segura de sí misma, no es pretenciosa sino más bien de las que te dicen “Es un punto de vista muy interesante, no lo había visto de esa manera”, aunque no esté para nada de acuerdo contigo, se implica a fondo en el concurso (todavía me pregunto cuánto tiempo y esfuerzo dedicó a encontrar "ese vestido de bola de espejos de discoteca" con el que entró en GH Vip), es relajada, tranquila, hace que los demás se sientan bien en su compañía, se muestra interesada pero sabe mantener la distancias (véase con Coman), tiene sex-appeal, es consciente de ello y sabe destacar todos tus “atributos” internos y externos, sobre todo estos últimos, a través de un estilo (si es que puede llamarse así) propio, una “manera de vestir” y otras “artimañas de apariencia”, tiene buen humor y, sobre todo, lo más importante, cuenta con la vocecita característica de todas las "megaperras". Esa vocecita pasiva, enternecedora, noherotounplato, que la acompaña siempre, ya esté dejándose querer por “El Feroz” (GH12) mientras manipulaba a su novio Rubén que también concursaba y estaba en la casa de al lado, o cuando después en el Reencuentro llegó a las manos con él y los expulsaron disciplinariamente. Y luego tiene el valor de entrar en “Gran Hermano Vip” asegurando que ella no es como Ylenia, por favor, ¿Chari como Ylenia? ¡Cómo se nos ocurre! Noooo. 

No cuenta Chari con que los espectadores de Gran Hermano solemos tener buena memoria y que de ella nos conocemos unos cuantos trucos. Lo primero que hizo al entrar es proclamar a los cuatro vientos que ya no tenía novio, según su versión lo habían dejado recientemente. Curiosamente lo mismo que dijo de Rubén siendo todavía novios, con el fin de tener más "oportunidades" en el concurso. Luego se acercó al único chico de la casa con el que podía dar juego, desplegando todo un armamento de seducción que ha tenido a Coman completamente obnubilado y a punto de olvidarse de su “Plan Mowgli”, y ha disfrutado, sin que se le note por supuesto, de los celos que ha despertado en una fantasiosa Ylenia que veía a Fede más pendiente de los atributos de Chari que de los de ella. No obstante, hoy por hoy, “choni fatale” y todo, compro a Chari, igual que a Ángela (a ésta por distintas razones obviamente), no sé si porque han entrado las últimas, porque han tenido arrestos de enfrentarse “sutilmente” a Belén Esteban, porque no me ha dado tiempo a odiarlas lo suficiente todavía, o porque los demás me caen todos rematadamente mal. Ni Fede se libra ya.

 

Por último, os dejo una fábula que le viene de perlas a un concursante al que estoy deseando que alguna de mis compañeras dediquen una entrada, ya que reconozco que no alcanzo a comprenderlo, aunque intuyo que los tiros van más o menos por aquí:

“Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños recados y recibiendo limosnas. Diariamente, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 centavos y otra de menor tamaño, pero de 1 peso. Él siempre tomaba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:

- Lo sé señor, no soy tan tonto..., vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el juego se acaba y no voy a ganar más mi moneda.”

MORALEJA: "El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente".

Mayra Gh