YLENIA Y BELÉN, TAL PARA CUAL

Ylenia y Belén. Belén e Ylenia. Ambas se denominan “chonis” y están orgullosas de serlo. Belén lo ha proclamado a los cuatro vientos “Soy una choni, sí, lo soy (¿y qué?)” e Ylenia se define como “La choni de Benidorm”. Si las tomamos como referencia, podríamos definir “choni” como alguien que manifiesta incultura, bastante ordinariez, que combina la preocupación estética con cierto nivel de horterada en el gusto, y con falta de clase y de educación a la mínima que le llevan la contraria. Observándolas se podría llegar a la conclusión de que el chonismo va muy ligado a ser barriobajera, adjetivo que si alguien utiliza para describirnos sería un insulto para cualquiera de nosotros/as, pero con el que ellas no sólo están encantadas, sino que lo utilizan como carta de presentación. Realmente, que estos “personajes” famosos, con miles de seguidores, presuman de esta falta de educación y valores, es preocupante. Sobre todo si buscas información sobre Ylenia y descubres que tras su paso por “Gandía Shore”, un estudiante de secundaria español en pleno Parlamento Europeo, después de presentarse ante nuestros compatriotas, terminó su discurso con una conocida frase de Ylenia en ese concurso. ¿Es posible que Ylenia sea un ejemplo a seguir o alguien a quién admirar?

Está claro que cuando encendemos la televisión no siempre queremos ver un contenido de calidad, en ocasiones únicamente queremos ver algo que nos entretenga y cuanto más extravagante sea, mejor, es en esas ocasiones cuando te pones a ver por ejemplo Gran Hermano Vip. Y entiendo que Ylenia pueda caer más o menos en gracia, por su “peculiar” comportamiento y forma de hablar, incluso que podamos perdonar ciertas actitudes reprochables, debido a su juventud e inmadurez. Pero todos sabemos cuándo una broma deja de ser graciosa, y cuándo debemos pasar de la risa al rechazo más absoluto. Si no es así, tenemos un problema. Es decir, si no somos capaces de criticar y rechazar la ausencia de valores y la exhibición de la vulgaridad hasta estos límites, si no vemos que son miles los jóvenes periodistas sobradamente preparados que tienen que emigrar o buscarse la vida fuera de los medios para que personajes como “la princesa del pueblo” ocupen horas y más horas de televisión, o si comparamos nuestro sueldo de auténticos currantes con lo que ganan ellos y aún así seguimos aupándolos al “estrellato”, tenemos un problema, y muy serio además.

Me asombra comprobar cuánta gente apoya a Ylenia desde las redes sociales y los argumentos que se utilizan para justificarse. “Es que es así: auténtica”. Es el mismo argumento que se utiliza para defender a Belén. Parece que con llevar esta etiqueta sea suficiente y se le deba tolerar cualquier cosa. Pero qué es ser auténtico para esta gente, me pregunto. ¿Será posible que sólo sea cuestión de mala memoria? Si es por eso, a mí me gustaría refrescársela. 

Ylenia es aquélla que, cuando estaban haciendo mobbing a una compañera (Olvido), dijo aquello de "Entre las cuatro le pegamos". La misma, que por celos posiblemente, no dudó en lanzar contra Ares, la que hasta ese momento era su amiga, toda clase de insultos y amenazas: "Eres una falsa. Eres gentuza. No quiero verte el careto", "Estás mal de la cabeza. Bocachancla, falsa", "Te cojo y te arrastro por toda la casa", "Eres mala, rebuscada, retorcida y mentirosa", "Puta metemierda. Mala, falsa", "¿Hoy vas a dormir? ¿Hoy no te dan ataques?" (por el ataque de epilepsia que sufrió Ares), "A saber lo que hacías para comentar en los programas" (haciendo el gesto de chupar), "Perra del infierno. Cerda". Ayer mismo, decía de Chari: "Ella me dijo que tenía mala imagen mía. Pues tú eras una puta guarra y yo no dije nada de ti".

Incluso con Fede, que siempre es respetuoso y cariñoso con ella, es a veces profundamente desagradable y desagradecida, hablando mal de él a sus espaldas cuando no lo envía directamente a la mierda sin razón alguna, insulta o le acusa de cosas que sólo existen en su imaginación. Según ella, la culpa la tienen los celos. Celos sin motivos en todo caso, porque independientemente de que nos creamos o no esta relación, lo cierto es que Fede no ha tenido “ojos” para ninguna otra en esa casa, es más, cada vez se esfuerza más por complacer a Ylenia y hasta evita acercarse a hablar con otra compañera o con la profesora de zumba, lo que le está perjudicando seriamente, envolviéndolo en un ambiente de mal rollo que no va con la forma de ser del italiano y que le hace estar cada vez más apático. Y todavía hay quienes quieren expulsar a Fede para que Ylenia viva el concurso. ¿Perdona?

El caso es que Ylenia no sólo es violenta con sus palabras, sino con sus gestos, incluso con la mirada. Esa forma de mirar fija, con la cabeza inclinada hacia abajo y la postura amenazante, de matona perdonavidas, me dan auténtico pavor. No sabe ponerse en el lugar de otro ni pedir perdón. Si la convencen los demás (sobre todo Belén) de que no ha hecho algo bien, suelta algo así como “te pido perdón, ¿vale?”. ¿Qué clase de arrepentimiento es éste? Pues no vale, Ylenia, no.

Lo más lamentable es que mientras que ella se cree “guay” por ser así (lo que se aproxima peligrosamente a ser una cretina),  "máxima" (como tanto le gusta decir), una especie de “fuera de serie”, yo lo que veo es  una chica inestable, acomplejada y con baja autoestima, amargada, que adopta  una actitud defensiva con el fin de disfrazar sus verdaderos problemas, incapaz de pasárselo bien si no es con alcohol, una veinteañera que tiene en un altar a una tipa como Belén Esteban, y que se ha hecho famosa gracias a dar una imagen lamentable de sí misma en un reality. En realidad, me gustaría que Ylenia, igual que hizo cuando terminó Gandía Shore, fuera capaz de alejarse de todo esto, reflexionar y así poder buscarse un futuro mejor del que le auguro en estos momentos. 

Un futuro que no tenga nada que ver con el presente de Belén: ahora, más que nunca, estamos comprobando cómo nos la han vendido durante años como una pobre chica, humilde y “auténtica”, cuando realmente es una ricachona que ha ganado el dinero a base de su ignorancia y patetismo, haciendo gala de una soberbia intolerable, porque la ignorancia  llevada al extremo se acaba convirtiendo siempre en la razón de los soberbios. No critico que una persona no sepa por diversas circunstancias, yo misma soy una ignorante en muchas cosas, lo que critico fundamentalmente es esa actitud altanera ante esto, y que muchos pretendan que el resto formemos parte de este circo, como si fuéramos capaces de identificarnos con esa falsa autenticidad, con alguien que no ha hecho nada destacable en su vida salvo vender su intimidad.

 

Mayra Gh