AMORES QUE MATAN

Hace unos días, antes de entrar Ángela y Chari, Belén Esteban soñaba despierta e imaginaba a Jesulín como el nuevo fichaje de Gran Hermano Vip. "¿Os imagináis que entra Jesulín?"-decía. No es la primera vez que hablaba del padre de su hija desde que empezó el concurso.

Todos sabemos que para superar una ruptura hay que pasar  por  varias fases  que van desde la negación hasta la superación de la misma. Antes de ello,  se suele experimentar un período de rabia y resentimiento en el que la persona afectada quiere "venganza", sobre todo si existieron infidelidades de por medio u otras complicaciones  que produjeran mella en el amor propio, como fue el caso de Belén Esteban cuando abandonó Ambiciones con su hija en brazos y las cosas de ambas metidas en bolsas de basura. Bien, pues creo que ella  se instaló  y que se quedó atascada en esos sentimientos negativos, en el rencor, y que ha sido incapaz de  salir de esa rabia sin ni siquiera  plantearse que la mejor venganza es el olvido. Si a esto le añadimos el dinero que ha ganado a costa de este drama y, por consiguiente, lo bien que le ha ido, no es de extrañar que se haya convertido en una persona amargada que busca problemas, enfrentamientos y malos rollos constantemente. Como, gracias a esta “toxicidad”, se le ha aplaudido durante  15 años,  Belén se ha convertido en alguien que se cree dueña de la verdad y de la razón absolutas, que siempre quiere que todo se haga tal y como ella dice, a la que se la ha de escuchar y decirle que se está de acuerdo con ella y que se entiende como se encuentra, aunque no sea  así en absoluto. Obliga a los demás a seguirle la corriente, primero porque incompresiblemente se ha convertido en un personaje imprescindible  para la cadena que les da de comer a todos, y segundo porque creo que realmente debe de dar pánico tener un conflicto con ella y situarte en su punto de mira. Como le decía Víctor a Olvido cuando estaba nominada y le plantaba cara: “te estás inmolando tú sola”.

Por las cosas del destino, ahora Belén tiene a otro "torero" que literalmente “se muere” por estar junto a ella en el concurso, lo que parece ser de su total agrado. Lo que no sabe ella es que éste sí que la quiere por conveniencia mientras que el primero la quería pero no le convenía. Son conceptos distintos. Yo podría perdonar que me dejen, pero nunca que me utilicen ni en el amor ni en la amistad. Ella se cree tan merecedora de elogios, que es incapaz de distinguir al “pelota”. Al contrario, el pelota para ella es el amigo y el que le dice la verdad, el enemigo.

En una situación parecida se encuentra Víctor Sandoval. Él tampoco ha sido capaz de superar su ruptura con Nacho Polo ni de disimular las ganas que tiene de que su exmarido entre en el concurso. Una y mil veces cuenta con todo lujo detalles su historia de amor y desamor con esta persona con la que estuvo  16 años y de quien ahora mismo, no puede decir ni una palabra buena, a pesar de no dejar de nombrarlo en la casa. Lo más triste de todo esto es que Víctor Sandoval se comporta como si él fuese el único que ha tenido que hacer frente al desamor en algún momento de la vida, victimizándose y dramatizando situaciones que posiblemente no hayan sido tan rocambolescas como él las cuenta, vendiéndonos una ruptura vergonzosamente mediática. Parece como si no pudiera pensar en su futuro en términos positivos  porque todavía está estancado en el pasado y en el recuerdo,  enamorado y obsesionado con alguien que dio carpetazo a su relación y siguió con su vida. De esta forma, Víctor se muestra como una persona excesivamente desconfiada, malpensada, recelosa, que siempre piensa que los demás le están intentando engañar o perjudicar de algún modo. Por esto suele estar alerta de todo lo que los otros dicen o hacen, interpretando, muchas veces sin motivo, que están tramando algo contra él. Siempre encuentra algún móvil para sus sospechas, alguna señal oculta que, a su juicio, desvela los malos propósitos de los demás, dando rienda suelta a una desbordante imaginación, para al final creerse él mismo sus propias historias de ciencia-ficción. 

No obstante, aunque ambos hayan vivido una experiencia amorosa traumática que les ha marcado y endurecido, y que no han dudando en explotar televisivamente, existe una diferencia entre Víctor y Belén: mientras él busca “verdugos” para justificar sus dramas personales, Belén busca “víctimas” para descargar su resentimiento.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren

(“Amores que matan”. Joaquín Sabina)

 

Mayra GH